La Konica Autoreflex T4 se introdujo en el mercado en 1978, sustituyendo a la indestructible T3N. Es un nuevo diseño, más pequeño y ligero, con un visor más luminoso y la posibilidad de incorporarle un motor de avance (autowinder) que permite disparar unas 2 fotos por segundo.
El forro, de símil de piel, es grueso y tiende a despegarse o encogerse; ésto no afecta a su funcionamiento, pero a veces, tiene un aspecto un tanto deplorable.
Es una buena cámara, de construcción sólida, que soporta bien el maltrato. Al igual que su antecesora, dispone de control de profundidad de campo, bloqueo del espejo y sistema para múltiples exposiciones.
Utiliza pilas PX625 de 1,35 V de óxido de mercurio, retiradas del mercado por su alto poder contaminante. Es necesario recalibrar el fotómetro o comprar adaptadores LR9 para usar las pilas de óxido de plata SR43. En cualquier caso, como sus velocidades son mecánicas, funciona sin pilas.